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Personalidades Morbosas

Garcia & Cipriani
EL AMOR EN LOS TIEMPOS DEL PORNO

PRÓLOGO. Simón Tamayo

El mayor error de la vida es pensar que sólo hay una manera de vivirla. Y en estos tiempos de internet, en que todo el mundo está conectado, esa idea de que la vida sólo se vive de una manera está cada vez más extendida. Todo el mundo cree que debe tener un gato y un perro que canten o bailen. Todo el mundo cree que debe casarse. Todo el mundo cree que debe tener bebés para subir su ecografía a Facebook. Todo el mundo cree que debe tomarse fotos con los regalos que les dan en un baby shower. Todo el mundo cree que debe poner la foto de su bebé como foto de perfil de Facebook. Todo el mundo cree que el divorcio es peor que el cáncer y el sida juntos. Todo el mundo cree que, al menos, debe tener dos hijos. Y entre hijos y perros y gatos el planeta está sobre poblado y no soporta tanta gente.

Conozco a Andrea García desde 2007. La vi bajarse de un taxi que la traía del aeropuerto y veinte minutos después estaba semidesnuda en una habitación de hotel, posando para unas fotos para la revista DONJUAN. Desde ese momento supe que estaba frente a un ser humano fuera de la normal, un ser humano que no se guiaba por las leyes convencionales de la sociedad, un ser humano que había decidido crear sus propias leyes, crear su propio mundo, tomar sus riendas y hacerlo suyo.

En 2008 escribí un libro sobre Andrea García y Cristian Cipriani. Para eso, conversé con ellos casi cien horas. Recuerdo que, en ocasiones, estaban al borde del sueño mientras yo les hacía la misma pregunta una y otra vez, para ver si me decían la verdad, para ver si era verdad esa vida tan extraña y tan original que yo presenciaba sin poder creer que era verdad.

Pero todo era verdad, porque después de publicar el libro me hice amigo de ellos y los vi en su vida familiar, una vida tan normal como la de cualquier otra familia. Al ver a sus dos hijas, unas niñas divertidísimas y de una inteligencia abismal, se da uno cuenta que todos los temores y mitos infundados que han rodeado al mundo del porno son mentira. Porque, además, Andrea y Cristian nunca le han ocultado a sus hijas cuál es su trabajo, y con esa sinceridad y transparencia se han enfrentado a una sociedad mojigata que los ha acusado de todo: las monjas de algún colegio en que estudiaron sus hijas, los empleados de bancos que asumen sin argumentos que su dinero es ilegal, algún policía de tránsito que los detiene en un retén y los reconoce e intenta ver cómo hacerlos caer en un crimen que no han cometido.

Este libro es, ante todo, el testimonio de una manera de vivir muy original. Lleno de detalles íntimos, fluidos y confesiones penosas y divertidas, no da tregua, asombra y divierte por montones. Espero que se lo gocen tanto como yo me he gozado la amistad de Andrea y Cristian. Bienvenidos.

 

Simón Posada Tamayo.

PRÓLOGO. Daniel Mendoza

Es probable que ellos aún no lo sepan: ellos son más humanos que los humanos, son sobre humanos.

Quizá lo sean por que viven en contacto con las emociones más veraces, quizá por que trabajan entre gemidos que son la voz del alma, o por que son sacerdotes de los verdaderos Dioses, de aquellos que fertilizaban la tierra antes de que llegara la cosecha en la antigua Grecia, cuando del pueblo echaban a Apolo el Dios pendejo y aburrido, y traían a Dioniso que con una buena orgía comunal, habría de fecundar las raíces para que se dieran los frutos mas esplendorosos.

Puede ser que ellos sean los encargados, como en Grecia, de sacar a las esposas del Gineceo, el espacio donde vivían encerradas, entretenidas con sus hijos y los telares, esperando relajadas el momento en que eran entregadas al desafuero comunal, en el que todos se involucraban, hasta los esclavos y los ancianos.

Los hijos que de la Saturnal provenían eran los más amados por los maridos, pues eran engendrados por ese Dios que venía siendo el más humano, el Dios de la carne, del espíritu pasional, del palpito y del corazón.

Ellos dos vienen de allá. Estoy seguro: Ellos son descendientes directos de aquel Dios follador, ellos son hijos de la orgía, hijos de Dioniso, el Dios de la carne y del placer, el que encarna Cristian cuando rueda sus escenas, que llenan el mundo de energías alquímicas e intensas, el que transpira Andrea con su belleza descocada, su sensualidad natural y sobretodo con aquel carisma irreverente, profano, que nos postra frente a una mujer que llegó a este mundo a transformarlo. Andrea, dotada de una inteligencia perspicaz, una fluidez verbal inigualable y una frescura al hablar, sabe como aplicar llaves de yudoca con sus respuestas. La he visto dar entrevistas en las que les da la vuelta a los periodistas y los deja con los brazos amarrados, sin poderse zafar, amilanados por la agilidad de esta ninja antioqueña de la palabra. Y además del cerebro que tiene en la cabeza, va y le ponen esa cara, y esos ojos y esa sonrisa… … y esas tetas y ese cuerpo y ese culo glorioso. Sin lugar a dudas: Andrea García es la prueba irrefutable de que Dios no es socialista.

Tengo el honor de prologar su libro, y por eso es que hablo de ellos, porque es su biografía de pareja. Una obra tan autentica como ellos dos, tan humana como Dioniso. “Personalidades Morbosas” no es una ficción pornográfica, sino un documento visceral y sincero que contiene la revelación de una sociedad que fluye entre la densa niebla de las tecnologías de la información, la noción de exploración y riesgo que nos impulsa a todos a probar y a degustar, y muy especialmente, dentro de aquella genética urbana que hace parte del ADN de las nuevas generaciones.

 

Prepárense para leer algo que habla de ustedes mismos en otra piel, de lo que somos como individuos compuestos por un tejido social que palpita en cada uno de nosotros. Lean y aprieten duro el caballo, que va empezar a relinchar.

 

Daniel Emilio Mendoza Leal, agosto de 2016.

@eldiabloesdios

Para el Blog: Delator. El Tiempo.com